“But Paris was a very old city and we were young and nothing was simple there, not even poverty, nor sudden money, nor the moonlight, nor right and wrong nor the breathing of someone who lay beside you in the moonlight.”

E. Hemingway.
"París era una fiesta"


Tuesday 4 August 2015

Perfect the first time


Tenías razón al decir que las mujeres son buenas amigas. Son buenas amigas y terribles enemigas; locas y completamente irrazonables cada 28 días y muy volubles cuando les ocurre el cambio de la vida. Pero pueden resultar magníficas amigas, como tú bien dices. Pero es mejor tener cuidado con ellas. La mujer es el único animal bípedo que siempre golpea después de haber sonado la campana. Tal vez la cangura haga lo mismo, no lo sé. La mayoría de las mujeres estériles fueron ligadas cuando eran muy pequeñas, por lo que no lo han notado. La mayoría de ellas ni siquiera sabe cuando tienen (...) y te lo dan con gran amor y afecto. Siempre tienen que estar celosas de algo y si no les das ningún motivo, a no ser tu trabajo, entonces estarán celosas de tu trabajo. Pero si las convences de que al escribir puedes comprar abrigos de armiño, o un abrigo de armiño, etc., amarán el trabajo por si mismo (lo amarán no porque puedan comprar algo sino que amarán el trabajo como tal). No obstante, tienes que respaldar tus ofrecimientos. Después de eso, por lo general, tendrán el abrigo de armiño como reserva. Olvidan todo lo que se les regala, pero recuerdan por más de cien años cualquier cosa que no les hayas regalado. Al final lo consiguen. Por supuesto, debes aprender a no hablar mal jamás de su familia, pero tampoco debes estar de acuerdo si son ellas las que critican a su familia. Esto último es tan malo como lo primero. Me gustaría escribir sobre alguna puta, el problema es que es muy difícil encontrar a una puta de verdad. La mayoría de las mujeres hermosas batean por encima de 750 para demostrar que no son putas, y mientras les sigas la corriente podrás jugar eternamente en su equipo y hasta amarán lo que escribes. La capacidad de fornicar se estima mucho más que la de escribir, a no ser con mujeres no normales. Siempre se dan cuenta de si puedes f(ornicar) o no, al igual que los perros de caza se dan cuenta si la presa está allí. Ninguna sabe nada sobre tus habilidades como escritor, (a excepción de  una mujer cuyo nombre empieza con M.) Carajo.

E. Hemingway 

 Y mientras otras se pierden en los vericuetos de la razón, tratando de explicar y de explicarse, yo puedo envolverme en esto para justificar incluso mi nombre.  Es casi inmoral tener tanta suerte, pero tú y la moral, mi amor...

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